Primeros meses

Después de enterarme de que tenía esta enfermedad, y aunque la doctora fue lo primero que me prohibió, llegué a casa e investigué por internet qué era la enfermedad. ¿Por qué me lo prohibió? En internet, si buscáis acerca de esta enfermedad os saldrán un montón de páginas con información contradictoria y que no es verídica. Sobre dietas, sobre terapias alternativas que mejoran los síntomas... Y nosotros, muchas veces recurrimos a cualquier cosa con tal de mejorar, sobre todo si estás en brote. (No dije en el post anterior que la enfermedad tiene fases de brote y fases de remisión). 

Bien, pues investigando por internet, y debido a esa cantidad de información contradictoria a la que hacía alusión antes, me di cuenta de la cantidad de dudas que me surgían y de lo difícil que iba a ser contestarlas. Así que la siguiente vez que fui a la doctora le pregunté todo lo que me preocupaba. Ella, me intentó resolver todo aquello que pudo, pero es verdad que a la larga quien más sabe sobre la enfermedad es aquel que la padece. Por lo que sólo el tiempo me fue resolviendo esas dudas.

No era demasiado fácil "aguantarme", ya que si hay algo que detesto de la enfermedad, mucho más que los dolores, son los cambios de  humor. Me convertí en una persona fría, que no era capaz de empatizar con las personas que estaban a mi alrededor, porque si yo lo pasaba mal, ellos lo pasaban peor acompañándome en ese camino. 

A partir de entonces unas pastillas acompañaron mi día a día. Tomaba Pentasa y otras cápsulas de las que no recuerdo el nombre, pero que enseguida me hicieron mejorar. Era como otra vida. Ya casi ni me acordaba de cómo era estar bien. Además, había perdido seis kilos y ¡me sentía hasta guapa!

También dejé de fumar, aunque tampoco fumase mucho. Esa fue una de las mejores decisiones que he tomado en mucho tiempo. El tabaco afecta de manera grave a la enfermedad, por lo que dejarlo fue un alivio. 

Por aquel entonces, yo hacía prácticas de Educación Infantil en una escuela, y trabajaba en el Corte Inglés. Antes de caer mala, trabajaba también en una Escuela Infantil como monitora, pero tuve que dejar ese trabajo porque la enfermedad no me dejaba compaginar todo. Aquella fue la primera traba que me puso la enfermedad. Después de esa vendrían muchas más. En todos esos sitios se portaron muy bien conmigo. Por lo que no podría sino agradecerles. También la gente más allegada a mí fue un gran apoyo dentro de ese camino que acababa de empezar. Pero a ellos les sigo agradeciendo hoy en día.