Hola a tod@s:
La próxima semana tengo revisión. Después de bastantes meses sin ir a ver a mi doctora, la próxima semana tengo una nueva cita con ella. Como os ocurrirá a la mayoría de vosotr@s, la relación con mi médico es la más duradera que tengo hasta el momento. Llevo con ella más de cinco años, y creo que todavía nos queda un gran amor por delante. Sin embargo, esta revisión tiene un punto que la hace diferente. Como comenté en alguna de las entradas pasadas, en julio terminó mi vida de estudiante, y con ello comenzó mi vida de trabajadora (aunque, sinceramente, no sé si puedo llegar a considerarme tal). El caso es que, afortunadamente, he encontrado trabajo, y no uno, sino dos diferentes. Por este motivo, paso fuera de casa bastantes horas del día, con todo lo que eso conlleva (comer fuera, transportes eternos, etc.).
Es difícil explicar al mundo que lo que una persona no enferma tarda en cansarse un poco, para ti es como correr una maratón y después nadar kilómetros y kilómetros. Siempre llegas al típico comentario que empieza de la siguiente manera: "ah, pero... ¿estás enferma? si se te ve muy bien". Muy bien, desde aquí me gustaría lanzar un mensaje: muchas personas enfermas no lo están por su aspecto exterior, sino por su "aspecto" interior. No nos hace falta estar decrépitos para tener un mal día o para sentirnos con menos fuerzas (bastante decrépitos estamos en temporadas de brote). Es verdad que tenemos esa ventaja, y que en los momentos de remisión podemos hacer fuerza y tirar con todo aquello que se nos ponga por delante. Sin embargo, cuando fuerzas demasiado, el cuerpo responde, y no de manera positiva.
Respecto a la afirmación que he hecho antes sobre "estar enfermo", me gustaría hacer una aclaración. Siempre que explico a alguien en qué consiste la Enfermedad de Crohn, apunto que no estoy enferma, sino que convivo con una enfermedad, y que hoy por hoy la tengo muy bien controlada. Otro cantar será el próximo jueves en la consulta.
Además, a todo esto (estrés, malcomer, etc.) hay que añadirle otro factor: las infecciones continuas de orina que vengo sufriendo desde el pasado abril. Desde aquí lanzo mi pregunta: ¿por qué si tengo infecciones de orina tan recurrentes simplemente no buscan el origen e intentar atajarlo por ahí? ¿por qué lo único que hacen es atiborrarme a antibióticos que lo único que hacen es paliar mis dolencias durante unos días para que después vuelvan a aparecer? No me gustaría tratar esto como un tema personal, puesto que soy consciente de que es el protocolo que los médicos siguen para todos los pacientes, pero me llena de rabia saber que pueden actuar de manera distinta y por hache o por be (llamémoslo recortes) no lo hacen, mientras el paciente la única solución que tiene es tragar (pastillas en este caso).
Mañana hospital, analíticas y buen hacer.
¡Un saludo y hasta la próxima!
Pd.: Recuerdo que podéis pasar por Facebook y por Twitter, que aunque no mucho más, tiene algo de actividad. ¡Gracias!